*Narra Isa*
La película duró sobre un par de horas, la verdad es que se me pasaron volando. Aprobechaba cada susto para pegarme un poquito más a Dani. Ninguno de los dos dijo nada durante toda la película.
Cuando acabó nos despedimos de David y volvimos la hotel.
Pasé a mi habitacion, Alba pasó conmigo, me contó lo que había pasado y la intenté tranquilizar, creo que lo conseguí. Me extrañó que no me preguntara nada de lo de Dani, estaría preocupada por lo de Carlos o con suerte no se habría dado cuenta.
Alba se fue a su habitación.
Me quedé sola en la habitación. Me quité la ropa y la dejé sobre la silla. Abri mi maleta, rebusque un poco y encontre una camiseta ancha de baloncesto que solía utilizar para dormir en verano, me venía bastante larga por lo que no tenía que llevar pantalones.
Tocaron la puerta de la habitación. Abrí, era Dani.
Pasó, no decía nada, era un silencio bastante incómodo.
- Bueeeno... ¿Querías algo? - Pregunté.
- Isabel, lo del beso de esta tarde ... lo siento.
- ¿Por que lo sientes? No tienes porque sentirlo...
Se acercó a mi, sabía que me iba a volver a besar. No estaba segura de que lo que estaba pasando fuera lo correcto. El avanzaba hacia a mi, yo retrocedi hasta chocar con una pared. Dani apoyó la mano en la pared justo por encima de mi hombro.
Me besó.
Paró de besarme y apoyó su frente contra la mía. Mire sus ojos, eran de un azul precioso.
Le devolví el beso y el lo siguió con más ganas.
Estiró un poco de mi camiseta para separarme de la pared y empujandome poco a poco me llevó hasta la cama.
Antes de quitarme la camiseta me miro a los ojos, le devolví la mirada, y no vi a Dani como mi amigo. Lo vi como mi ídolo, ese chico que todos los días soñaba con abrazar, lo vi sobre el escenario, como algo inalcanzable. Me sentí incapaz de hacer nada.
- Dani, para por favor.
- No voy a hacer nada que no quieras.
- No no es eso, para por favor.- se quito de encima mio.
- ¿Que pasa? Es por Alvaro ¿verdad? Lo sabía, es que lo sabía joder... - Salió de la habitacion dando un portazo.
- No joder, dejame que te lo explique. - Salí corriendo detrás de él.
No respondio, se metio en su habitación y dio un portazo.
Volvi a entrar en mi habitación y cerré la puerta con fuerza ¿Por que tenía que cagarla siempre?
No hay comentarios:
Publicar un comentario